“Caminamos
contra la impunidad. Exigimos justicia.
Decimos
NO a la reforma al fuero penal militar"
El departamento de Boyacá
no ha sido escenario ajeno a la violencia política que padece el país, hoy
persisten graves violaciones a los Derechos Humanos dejando víctimas y familias
que no han recibido verdad, justicia ni reparación. Una propuesta de paz para
Colombia debe cimentarse en el reconocimiento de la barbarie que ha sacudido al
pueblo, por esto urge cada vez más la visibilización de la tragedia y el dolor
de las víctimas y sus familiares, siendo necesario no olvidar a nuestros
muertos para que la historia no se vuelva a repetir.
Dentro de los hechos que han impactado a la ciudadanía boyacense es necesario recordar la masacre del páramo de La Sarna ocurrida el 1 de diciembre de 2001 en la que fueron ejecutadas 15 personas en la vereda de Las Cintas del municipio de Sogamoso (Boyacá), quienes se dirigían a la población de Labranzagrande. Este hecho es conocido como la masacre del Páramo de La Sarna.
Historia de la Masacre:
A las seis de la mañana del
sábado 1 de diciembre de 2001 partió del Terminal de Sogamoso rumbo a
Labranza Grande el bus Nº 339, un Chevrolet 600 de la Empresa Cootracero,
identificado con las plazas JYG-137, con solo tres pasajeros en su interior.
Durante el recorrido recogió 12 pasajeros, además en el bus viajaban dos niños
de 7 y 12 años y una mujer de la tercera edad. El primero de ellos hijo del
conductor, el segundo de una profesora que viajaba con su esposo.
En el sitio conocido como “La Sarna”, sector Melgarejo, a unos 30 kilómetros de Sogamoso, un grupo de hombres armados detuvo la marcha del bus, obligó al conductor a atravesarlo en la carretera y a sus ocupantes a descender.
Seguidamente, separaron a
los dos niños y a una anciana que hacía parte de los pasajeros y luego
obligaron a las restantes quince personas (12 hombres y 3 mujeres) a tenderse boca
abajo sobre el asfalto para proceder a dispararles uno a uno, principalmente
con tiros en la cabeza.
Las victimas fueron:
Luís Ángel Gil Orduz de 30 años, ingeniero. Trabajaba como ayudante del ingeniero Gonzalo Rincón, con quien viajaba el 1 de diciembre a Labranzagrande por motivos de trabajo.
Tania Leonor Correa
Pidiachi de 25 años, estudiante de Medicina de la Fundación Universitaria de
Boyacá.
Mercedes Rivera, tenía 22
años de edad y trabajaba como empleada de la Administración Municipal de Paya.
Luis Arturo Cárdenas de 20
años, Zootecnista egresado de la UNAD, trabajaba como director de la UMATA en
el municipio de Paya.
Isidro Alba Guío de 50
años, profesor, licenciado en Ciencias Sociales y Económicas de la UPTC.
Jonh Fredy Poveda Bayona,
de 17 años de edad, estudiante de la Universidad Pedagógica y Tecnológica
de Colombia en la Facultad de Ingeniería de Transportes y Vías.
Luís Miguel Melo Espitia, tenía 17 años de edad y en ese momento trabajaba como ayudante del bus.
Abel Cudris Rodríguez,
procedente de El Banco (Magdalena)
Gonzalo Rincón Barrera, tenia 31 años de edad, Ingeniero Sanitario y Ambiental egresado de Uniboyaca, residente en Sogamoso.
Luís Alejandro Pérez Fernández, de 22 años de edad, era estudiante de cuarto semestre de Administración de Empresas de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia.
José Antonio Mongui Pérez, de 52 años, comerciante, residente en Sogamoso.
Jairo Isidoro Peña de 42 años. Se dedicó toda su vida a la agricultura y la ganadería, y en varios momentos desempeñó cargos públicos en Labranzagrande, Tenia un almacén de víveres junto con su esposa Herminda Blanco.
Herminda Blanco de Peña,
profesora, esposa de don Jairo. Tenia un almacén de víveres junto con su esposo
Jairo Isidoro Peña
Bertulfo Noa Rosas Arguello, agricultor de 50 años de edad.
Hernando Gómez Garavito,
tenía 32 años de edad, era el conductor del bus.
Impunidad:
Por varios años la masacre
de la Sarna permaneció en total impunidad, hasta el año 2008 cuando algunos
paramilitares, miembros del bloque Autodefensas Campesinas del Casanare,
empezaron a hablar sobre lo que realmente ocurrió.
Ellos cuentan que esta masacre fue cometida por el grupo paramilitar conjuntamente con miembros de la fuerza pública quienes no solo facilitaron su paso, sino que además entregaron parte de las armas con las que ejecutaron a las víctimas. Estos hechos aun estan en la impunidad ya que aún no han sido juzgados todos los responsables.
Actualmente en el Congreso
de la República cursan reformas constitucionales y legales para ampliar
el fuero penal militar y revisar las sentencias dictadas contra militares.[1]
En caso de que estas reformas sean aprobadas, se estarían violando principios
del Sistema Interamericano de Derechos Humanos y Naciones Unidas que establecen
que la jurisdicción penal militar debe tener un carácter restrictivo y
excepcional, solo aplicable a delitos propios del servicio militar o policial y
nunca podría operar para investigar violaciones a los Derechos Humanos e
infracciones al Derecho Internacional Humanitario. Estas reformas limitan
los derechos de las víctimas de acceder a un juez independiente e imparcial
para la satisfacción de su derecho a la justicia.
En caso de ser aprobadas
estar reformas, sería muy probable que las violaciones a derechos humanos que
ya se han cometido continúen en la impunidad y se dejaría un terreno abonado
para facilitar que ese tipo de hechos se sigan cometiendo.
La Oficina de la Alta
Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Colombia, se ha
pronunciado alertando sobre la gravedad de estas reformas señalando que de ser
probadas se estarían vulnerando los derechos de las victimas[2].
Peregrinación:
Para este año proponemos
darle continuidad a las peregrinaciones realizadas en años anteriores como un
acto de memoria y dignidad, realizando la VII Peregrinación el día domingo 30
de noviembre de 2014 con el objeto de reiterar que la paz genuina y duradera
solo es posible sin crímenes de Estado, expresar nuestras exigencias para que
haya verdad, justicia, reparación y garantias para que estos hechos no se
vuelvan a repetir; ello implica que no se aprueben leyes que van en contravía
de los derechos de las victimas, tales como las reformas al fuero penal militar
que actualmente cursan en el Congreso.
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