miércoles, 17 de septiembre de 2014

Lanzamiento del Libro; Memorias sin mordaza

María Raquel Castro Pérez

Hoy 17 de septiembre en le centro de memoria se realizo la presentación del libro, Memorias sin mordaza, escrito por María Raquel Castro, sobreviviente de la masacre de Caño Seco, vereda de Saravena en Arauca cometida el 5 de agosto de 2004, por la Brigada XVIII, quienes asesinaron a tres lideres sociales, Héctor Alirio Martínez, Jorge Prieto y Leonel Goyeneche.

Este libro recoge la historia vista y vivida por  Raquel desde aquel momento de la masacre,  es una invitación a conocer una parte de la memoria del movimiento social de la región Centro Oriente.


domingo, 14 de septiembre de 2014

Acto de cierre del Encuentro de lideres y lideresas de la Asociaicón Agroambiental de Colombia ASACOL



Fotografías: Bitácora del caminante



Con un acto de mística se clausura dos días de trabajo  donde las comunidades discutieron temas como territorio, organización y el tema minero- energético.

Fotografías: Bitácora del caminante
Con la participación aproxima de 150 personas de doce municipios del Tolima y Caldas y el acompañamiento de delegados de Choco  y de Nariño del Cordinador Nacional Agrario CNA, la Asociación campesina José Antonio Galán Zorro ASONALCA,  la corporación social para la capacitación comunitaria COSPACC, las Brigadas de Paz Internacional PBI y la Red de Hermandad  REDHER  se da por finalizada una jornada de trabajo de ASACOL.

                                                                Fotografías: Bitácora del caminante

De esta jornada de trabajo sale una agenda, donde se constituye un equipo coordinador que estará apoyando a la junta directiva de ASACOL  y tres ejes de trabajo que son; organización, formación y territorio.

Las comunidades se regresan para sus sitios de origen con el compromiso de compartir la información y de continuar fortaleciendo los procesos organizativos de sus regiones. 

La Asociación Agroambiental de Colombia ASACOL, junto a las comunidades hacen la evaluación de los tres ultimos paros agrarios




 Las comunidades  presentes en el encuentro de lideres y lideresas de la Asociación Agroambiental de Colombia ASACOL  evalúan los paros campesinos realizados entre el 2013 y el 2014, lo cual permite revisar la ganancia política que estos han dejan y trazar el que hacer respecto al papel del campesino en las exigencias que se han recogido en el pliego único y que en este momento la cumbre campesina se encuentra negociando con el gobierno.
 Cada comunidad  da a conocer como fue su participación en los paros campesinos

Fotografías: Bitácora del caminante

sábado, 13 de septiembre de 2014

Galería fotográfica; jornada de la tarde primer día de trabajo encuentro Asociación Agroambiental De Colombia.

 Mesa de trabajo de Territorio


 Mesa de trabajo minero- energético 


Fotografía: bitácora del caminante 

LA CUMBRE AGRARIA PRESENTE EN LOS PROCESOS ORGANIZATIVOS DEL TOLIMA


El encuentro  de líderes y lideresas, de la asociación agroambiental de Colombia, en su primer día de trabajo  cuenta con la participación de Isaac Marín   vicepresidente del  Cordinador Nacional Agrario CNA, quien  hace la presentación de la cumbre y avances de la negociación entre cumbre y gobierno.

Entre los puntos que se dan ha conocer  cuales son los  avance de cumbre,  luego de mas de cien días se retoman los diálogos en   reuniones con el presidente y sus ministros en donde se reitera la voluntad  política y el compromiso del gobierno para dar inicio a las negociaciones del pliego de exigencias.

Como avance se tiene la instalación de la mesa única de negociación la última semana de Septiembre, las sub-comisiones del bloque económico y la de garantías y Derechos Humanos.

En el tema económico se avanza en el fondo de economía campesina indígena y afro, en los treinta proyectos de infraestructura social y agropecuaria y los proyectos de fortalecimiento organizativo de las organizaciones de la cumbre.

También se a llegado a consenso dentro de la cumbre cuales puntos del pliego se trataran como temas de mayor importancia, esta el  tierras territorio  colectivos y ordenamiento territorial  y el tema minero –energético que precisamente ese es el tema que hoy nos reúnen en este encuentro.  

En las horas de la tarde se estará  trabajaran en mesas; una de territorio y la otra organizativa  y minero energética.


Galería fotográfica; Encuentro de lideres, Asociación Agroambiental de Colombia ASACOL

Fotografías: Bitácora del caminante

Se da inicio a un espacio de encuentro y reflexión político, entre delegados de organizaciones sociales de Tolima y Caldas.



La Asociación campesina José Antonio Galán Zorro, seccional Casanare - Boyacá acompañando a los procesos organizativos del Tolima
 Las organizaciones sociales del Tolima mandatando por la defensa del territorio


jueves, 11 de septiembre de 2014

Boyacá: por mina de carbón 30 familias sin agua en la vereda Mortiñal


Fotografía vereda el Mortiñal, habitantes cargando el agua en caballos.

Sogamoso-Boyacá

De las 3 fuentes de agua veraneras que existían en El Mortiñal -vereda de Sogamoso-, queda sólo una. La primera de ellas fue profundizada por una mina de fosforita que luego se derrumbó; la otra se secó a causa del mal uso del suelo con prácticas como la quema de bosque nativo.

La única fuente que queda se encuentra amenazada por la puesta en funcionamiento de una mina de carbón de socavón en una finca colindante con el nacedero de agua.
De ella dependen la totalidad de la vereda El Mortiñal y la escuela que allí funciona, la cual alberga más de 20 niños y niñas. De allí se saca el agua para cultivar, dar de beber al ganado y cocinar, razones que parecen no tener importancia para quienes por unos cuantos pesos afectan el bienestar de una comunidad.

Trochando Sin Fronteras conversó con una habitante de la vereda, quien comentó la difícil  situación  que actualmente se vive con respecto al agua.

TSF:¿Hace cuánto tiempo llegaron las mineras a la vereda?

Eso hace como unos 5 años o menos; antes la gente usaba el carbón por mucho para prender  la estufa y ya.

TSF:¿Por qué empezó la minería en la vereda?
Porque hacia abajo de la quebrada hay una finca que el antiguo dueño vendió a alguien de otro lado; esa persona fue la que empezó a explotar la minería. 

TSF: ¿La mina de al lado del nacedero, ¿cuando empezaron a abrirla?

Hace como diez años intentaron abrir una, la comunidad se opuso y la cerraron. Luego hace como unos dos meses empezaron a tumbar los árboles para trancar una mina que queda al lado del nacedero de agua que surte toda la vereda. Es el único nacedero que hay en la vereda.


TSF:¿Quienes viven de ese agua?

Todos, incluidos animales y humanos.


TSF:¿Ustedes de qué viven, para qué usan el agua de ese nacedero?

Yo vivo de la ganadería, de vender la leche. Antes cultivábamos papa, pero por el verano y todos los gastos no da lo que uno invierte. Aquí usamos el agua para comer, para bañarse, para darle de beber al ganado, para todo.

TSF:¿Qué está haciendo la comunidad para detener la apertura de la mina?

Nosotros nos hemos estado reuniendo con los compañeros de ASONALCA*, la junta de acción comunal, con la profesora de la escuela y los alumnos, para concientizar la gente de que el agua se está acabando sobre todo con este verano. También vamos a hablar con Corpoboyacá para que se cerciore de que si abren esa mina la vereda en general se queda sin agua; con los medios de comunicación también vamos a intentar, y si hacen oídos sordos nos vamos las vías de hecho. 

* Miembros de la Asociación Nacional Campesina José Antonio Galán -ASONALCA-manifestaron a TSF que han sido abordados por personas interesadas en la apertura de la mina a fin de intimidarlos y así evitar la organización de la comunidad en defensa del agua. 

Publicado en Trochando Sin Fronteras, 11 de Septiembre 2014

martes, 9 de septiembre de 2014

Asociación de mujeres unidad por Casanare; ASMUC


Asociación de mujeres unidas por Casanare


Las mujeres de Casanare se organizan entorno al territorio, como forma de resistencia que les permita realizar sus planes de vida en cada uno de los espacios en los que hacen  presencia.

Mujeres Casanareñas juntandose a la propuesta organizativa del movimiento político de masas  social y popular del Centro Oriente de Colombia.

martes, 2 de septiembre de 2014

UN POCO MÁS ACÁ DE LA GUAJIRA






“Cuando la tierra grita, el hombre llora;
 pero cuando la tierra llora, el hombre muere”


A principios de agosto, fuimos invitados por el Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo –CAJAR- a Barrancas, Guajira, para participar en el Encuentro Nacional de Facilitadores Jurídicos, proceso que promueve esta organización y que busca el intercambio de experiencias, reflexiones y saberes entre los asistentes respecto a las problemáticas ambientales presentes en las diferentes regiones del país y las rutas de acción emprendidas desde las comunidades para la protección del territorio.


Hasta este momento, las imágenes que teníamos de La Guajira llegaban por cuenta de los proyectos comerciales que mediante los documentales difunden los canales nacionales mostrando una conservada cultura wayú, llena de mística y tradiciones; o también, la imagen de un proyecto minero como El Cerrejón, que se veía amenazado por los atentados a la línea férrea y que aparte de un altercado ambiental con el país no presentaba mayores inconvenientes.  En ambos casos, a partir de la visita que realizamos al territorio pudimos observar que se trata de fotografías que no dan cuenta de los verdaderos conflictos que vive un territorio tan apetecido como ese departamento.   


Desde el 6 de Agosto, día en que llegamos vía Valledupar-San Juan-Fonseca al municipio de Barrancas, era evidente la sequía que anunciaban los medios nacionales en los suelos resecos y en los famélicos cuerpos del ganado. Era para nosotros, recordar la situación de Casanare meses atrás, cuando replicaban en los medios nacionales las imágenes de los chigüiros muriendo de sed. La primera noche la pasamos en el resguardo Cerro Hato Nuevo, desarrollando la jornada de inscripción y acordando cronograma para las actividades a realizar durante los próximos días.


El día 7 de Agosto, todos los asistentes al encuentro y la comunidad residente de los resguardos wayúu del sur del departamento, participaron en el Tribunal sobre “Agresión Minera  en La Guajira”. El tribunal se desarrollo en tres momentos específicos en los que se abordaron las temáticas que dan cuenta del impacto que ha generado la mina El Cerrejon en sus territorios, estos fueron: afectaciones económicas, culturales (ancestrales), y laborales relacionando los problemas a la salubridad que ha padecido la comunidad.


Así, se realizaron presentaciones por parte de académicos sobre el tema, las cuales eran respaldadas por un grupo de testigos que hacen parte de la comunidad y que radicaban públicamente sus denuncias, el evento estuvo ambientado por las presentaciones culturales de las comunidades indígenas y por una galería fotográfica que da cuenta del paso de la minería por la región. En  el paisaje que se visualiza del territorio es posible ver los estragos del proyecto Cerrejón con cráteres inmensos de tierra removida ya que es posible visualizarlos desde cualquiera de los lugares que visitamos, la mina a cielo abierto más grande del mundo deja huecos inmensos en forma de escalera, más grandes que cualquier municipio de La Guajira.
Al inicio del Tribunal, Guillermo Rodas, nos explicaba que el proyecto minero en La Guajira había iniciado hace 50 o 60 años, como parte de una estrategia nacional de industrialización. El carbón del Cerrejón, fue inicialmente pensado para abastecer las termoeléctricas de la costa Caribe colombiana, y fue a finales de los 70’s cuando se inicia el contrato a través de CarboCol, con una participación para el Estado Colombiano del 50% en las ganancias. A propósito del contrato, Luis Carlos Galán presentó un debate en su momento sobre lo que consideraba en una negociación desfavorable para la nación, consignado en el libro “Los Carbones del Cerrejón”. Actualmente, todo el carbón que se extrae del Cerrejón sale al exterior, y es explotado con capital de empresas privadas mayoritariamente internacionales.


La política minera


Dentro del Plan de Desarrollo 2010-2014, el extractivismo estaba planteado como una alternativa para superar el endeudamiento estatal, a la vez que permitiría acelerar el crecimiento económico. Sin embargo, con el repunte del extractivismo vino un descenso en dos sectores importantes de la economía, especialmente en las zonas donde se implementaron los proyectos minero energéticos: el sector industrial y el sector agropecuario. La relación del beneficio que se lleva el empleador respecto a los trabajadores en el caso de la agricultura es de 10 a 90 respectivamente; para el caso del sector industrial es de 20-80. Sin embargo, para el caso de la economía extractiva, la relación es de 70 para el empleador y 30 para los trabajadores, sumado a la mayor dependencia de las importaciones que este tipo de economía genera.


Pese a esto, la expectativa del gobierno era generar mayores inversiones en servicios sociales (tal como los concibe, salud, educación) a través del fortalecimiento en las finanzas del Estado. Sin embargo, el gobierno continúa gastando más de lo que ingresa a través de impuestos y regalías, lo que ha mantenido su situación deficitaria en medio de una guerra que se empeña en perpetuar. Para el caso del Carbón, el 10% de la producción se paga al Estado Colombiano, pero la ganancia del Estado no crece proporcional con la ganancia de la Empresa, lo que quiere decir que al país no lo afectan las variaciones en el precio del carbón. En este sentido, frente a la minería, representada principalmente en la extracción de carbón, niquel y oro, en los últimos años de cada 100 pesos que ingresan al Estado por regalías, se les reduce por excención de impuestos alrededor de 138 pesos. En otras palabras, a las compañías multinacionales el Estado Colombiano les paga por los daños que generan al ambiente y las comunidades.


Por otra parte, la inversión social no se corresponde con los impactos de este tipo de economía. En el área de influencia del Cerrejón se encuentra la población en condiciones críticas de pobreza, y se calcula que por cada 64 pesos que ingresaron al Cesar por concepto de regalías, se pagaron 100 por problemas sociales relacionados con esta economía.


Los impactos ambientales






Jaguey secado en los últimos años en el Resguardo Provincial
Julio Fierro, geólogo, profundizó en el tribunal el tema de las afectaciones ambientales de este tipo de economía en La Guajira. Si bien muchas zonas del sur de La guajira se encuentran condenadas a la minería, el norte no escapa a los proyectos minero energéticos pues ya presenta el avance en la exploración y explotación de un proyecto petrolero. Aparte de los daños realizados ya por El Cerrejón, el 7 de Agosto, en un anuncio público, el proyecto Cerrejón y la Drummond anunciaron que después del carbón vendría la extracción de gas en la zona. En las condiciones actuales, se proyecta un ascenso en el calentamiento de 3 grados centígrados hacia el año 2050 en La Guajira, lo que implicaría una mayor desertificación de sus suelos.


La extracción de carbón en La Guajira, se lleva a cabo a través de la remoción a cielo abierto de grandes extensiones de tierra con maquinaria pesada, removiendo por cada tonelada de carbón alrededor de 15 toneladas de rocas, con la posibilidad de que se hayan removido hasta el momento del subsuelo 2000 toneladas de arsénico. La remoción de elementos subterráneos  conlleva a que las aguas sufran un proceso de alcalinización, que hace que disuelvan elementos tóxicos. Este proceso es equiparable a lo que las voces sabias de las comunidades wayú han llamado el desentierro de ‘espíritus malos’, que han generado diferentes enfermedades respiratorias, cancerígenas y congénitas en las comunidades, y se suma a la desaparición de acuíferos que hoy tiene a los habitantes del sur de La Guajira en una de sus peores sequías.


Sumado a esto, Billipton, Extrata, Glencore y Angloamerican adelantan, con el objetivo de extraer 500 millones de toneladas de carbón, el desvío de 32,8 kilómetros del río Ranchería, único río del departamento de La Guajira. ¿Qué papel juegan las autoridades ambientales? En palabras de Julio Fierro “La debilidad de las autoridades ambientales es funcional a las empresas”. Los datos entregados por el Cerrejón a la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales no cuadran, no presentan datos relacionados con la presencia de metales en el agua. Cuando menos llueve se incrementa el consumo de agua por parte del proyecto, como en enero de 2012 que se registro un consumo de hasta 50 millones de litros de agua al día. Paradójicamente, mientras el Cerrejón consume hoy alrededor de 35 millones de litros de agua al día, según los mismos datos de la empresa, la Guajira atraviesa una de sus peores crisis por el líquido.


Las acusaciones por parte de las comunidades



El carbón que escurre de los árboles de la zona cuando llueve
En el primer bloque de denuncias por parte de las comunidades, se presentaron las relacionadas con territorio, cultura y autonomía. Antes, las comunidades vivían del cultivo del maíz, la yuca, el plátano, el tomate y el frijol, pero hoy es difícil cosechar debido a la alta contaminación que reciben los suelos y a la falta de agua por la que atraviesa el territorio. Mientras 19.800 indígenas del pueblo wayú cuentan con 41.000 hectáreas, el Cerrejón abarca 60.000 hectáreas. Para este año (2014) se han presentado más de 25 movimientos telúricos ocasionados por las voladuras de tierra que hace la empresa, que remueven el terreno y profundizan las aguas. La compañía GSI, aparte de realizar perforaciones, se ha caracterizado por señalar a los líderes que se oponen, de silenciarlos apoyados en el ejército y la policía, y de ejercer por estas y otras vías presión para el abandono de los territorios. El batallón blindado vial No. 2 Minero Energético, ha venido adueñándose de los jagueyes y del molino en el sector de La Gran Parada, que colinda con el ferrocarril.


En la comunidad de Las Casitas, se presentó el traslado y desplazamiento de la población debido a la contaminación ambiental que hace insoportable la respiración del aire, lo que pudimos vivir en carne propia al otro día en el resguardo Provincial, a 500 metros de los socavones. En el asentamiento Tamaquito 2, se utilizaron a los palabreros y a los líderes para el engaño de las comunidades en las negociaciones.


Así como Las Casitas, Tamaquito, Roché, Palmarito, Tabaco y otras, casi la totalidad de las comunidades ha sufrido el desplazamiento debido a las precarias condiciones de vida que el Cerrejón va implantando en sus alrededores. En el caso de la comunidad de Palmarito, creada hacia 1935, se vio desplazada en 1992 por el Cerrejón. Cuando en 2004 intentaron retornar, fueron sacados a la fuerza. La comunidad de Tabaco, ubicada en el corazón de la serranía del Perijá, fue desaparecida por dar paso a la megaminería. De 250 familias, 50 negociaron y las otras 200 resistieron hasta que fueron desalojadas por parte de la fuerza pública. Con la entrada del Cerrejón, vieron cerrados sus caminos, el centro de salud, su escuela, fueron cortados sus servicios, todo con el ánimo de forzar su abandono de la zona. No se explica cómo el Cerrejón, caracterizado en la zona por las amenazas y los hostigamientos a los líderes que se le oponen, se da el lujo de dar clases de derechos humanos.


Igualmente, las comunidades que colindan la línea férrea denuncian el acoso a líderes cercanos al corredor ferroviario, presentándose incluso casos de falsos positivos como el dado en el kilómetro 33 de la línea, en el que un sargento fue sorprendido colocando una bomba debajo de un puente, con lo que se buscaba incriminar a la comunidad aledaña.


Derechos laborales y Economía Local


En este bloque, fueron presentadas las denuncias relacionadas con las condiciones laborales, las afectaciones a la salud de los trabajadores, la intermediación laboral y la tercerización, entre otros problemas asociados. El Cerrejón cuenta con 4.000 trabajadores, con la participación de 300 empresas contratistas. El 60% de los trabajadores cuenta con contrato directo. En 30 años de explotación en la región con el proyecto de cielo abierto más grande del mundo, se han visto afectados más de 1.000 trabajadores en su salud, siendo esta la causa principal de su muerte, asociada a males de huesos, respiratorias, por la presencia de benceno y plomo. Se ha tratado de trabajadores sin posibilidad de gozar de una pensión, con muertes también relacionadas con silicosis y pulmón negro. Se ha presentado también una predisposición al cáncer, de estómago y de pulmón. A juzgar por lo dispuesto en el código de minas, existe un marco jurídico para favorecer las explotaciones de minerales e hidrocarburos sin importar las poblaciones ni los trabajadores, creando hoy un ejército de trabajadores enfermos.


Hace 30 años, la Guajira se constituía en una despensa agrícola de la costa Colombiana y de Venezuela, pero con el paso del tiempo ha perdido más de 100 arroyos hacia la serranía del Perijá, como ha sido el caso del arroyo Aguas Blancas, emblemático en la zona. Este año perdieron su vida 14 pozos profundos y la situación sigue empeorando, como lo comenta el gobernador de Provincial. De las 60.000 hectáreas con las que cuenta Cerrejón, 12.000 han sido intervenidas, y 4.000 hectáreas se encuentran con socavones. Comunidades como Caracolí y Patilla han visto morir de pena moral a sus ancianos ante la pérdida y el abandono obligado de sus territorios, debido a la contaminación y el deterioro ambiental al que los condena la mina. Estos y otros casos hicieron parte de las acusaciones presentadas por los resguardos, organizaciones y consejos comunitarios del sur de la Guajira.


Consultas Autónomas y Justicia Ambiental


En la noche del 7 de Agosto nos dirigimos al resguardo Provincial, donde nos quedamos las siguientes noches siendo albergados en las viviendas de algunas familias de la comunidad. En la primera madrugada que pasamos allí, sentimos el olor como del humo de un carro. Era una detonación que había tenido la mina, y el olor y el aire denso llegaban hasta las casas principales del resguardo, ubicado a unos 500 metros de las instalaciones del Cerrejón. El aire pesado dificultaba la respiración. Al siguiente día en horas de la mañana, realizamos un recorrido por el resguardo, visitando terrenos que colindaban con el Cerrejón y estaban custodiados por la ‘seguridad’ de este. Pudimos ver cómo se había secado un jaguey, la contaminación excesiva del río Ranchería que unos metros más arriba es utilizado por el proyecto, el polvillo de carbón que cubre hasta las tumbas de los cementerios wayús, y la contaminación evidente que se forma a los pies de los árboles con el agua de la lluvia. Se sentía igualmente, la restricción en la movilidad a la que se ven sometidas las comunidades, hasta el extremo de un resguardo que solo puede visitar su cementerio una vez al mes por hallarse de repente dentro de las inmediaciones del Cerrejón.



Evidencia de la contaminación que viene con la lluvia
En la tarde se presentó un análisis de contexto por parte de la organización Censat, que partía del discurso desarrollista que nos impusieron en América Latina luego de la segunda guerra mundial, para retomar así lo que había sido la revolución verde en el país, el lugar que nos correspondía en la división internacional del trabajo como país, y por ello la política minero energética que se venía implementando. Se plantea entonces desde la ecología política como disciplina, el estudio del lugar donde vivimos desde una ecología popular, rescatando las resistencias en el marco de los conflictos ambientales que vivimos.


Como parte de la construcción que hemos venido dando en las discusiones colectivas dentro de las Organizaciones Sociales del Centro Oriente, veíamos algunas dificultades desde la perspectiva presentada y que se interpreta como el enfoque del proceso, a pesar de los aportes conceptuales que nos da. En primer lugar, ubicar la política minero energética en el marco del discurso del desarrollo, no permite dar cuenta de su intensificación en los últimos años en el país, y la desliga de la crisis general del sistema capitalista que se puede interpretar como una crisis de época. Este enfoque, genera igualmente que se hable de la justicia desconociendo los procesos históricos de consolidación del capitalismo, y las relaciones políticas y económicas que en buena medida determinan el poder jurídico de las instituciones frente a la soberanía de las comunidades.


Quizá por esta razón, es también que el enfoque presentado no da cuenta de los procesos recientes experimentados por el movimiento popular colombiano, que más allá del tema de la paz nos sugieren un proceso importante de encuentro como ha sido la Cumbre Agraria y Popular, y en el que han participado diferentes sectores sociales y plataformas representativas como la Organización Nacional Indígena de Colombia y el Proceso de Comunidades Negras. Es también por este enfoque, que se continúa patinando en el discurso del autonomismo, el cual a lo largo de los años ha dejado ver el desgaste que representa para los procesos sociales cuando significa aislamiento, y el retraso que genera ante la necesaria unidad del movimiento social para lograr avances concretos en la lucha por un modo de vida basado en la dignidad humana.


La jornada finalizó el día 9 de Agosto, con el pronunciamiento general de los resguardos de la región de no a la continuidad del Cerrejón, a través de la realización de Consultas Autónomas. Con la participación de la casi totalidad de las comunidades, los habitantes votaron que se fuera el Cerrejón de sus territorios, lo que se constituye en un pronunciamiento por la vida de una región y unos pueblos condenados hace más de 30 años al asedio y el exterminio por parte de la ambición del capital.


Así mismo, se llevo a cabo la conmemoración a la comunidad Tabaco, víctima del desalojo por parte del proyecto del Cerrejon el 9 de agosto del 2001. La actividad conto con la participación de aquellos que años atrás conformaban alrededor del territorio un tejido comunitario y que hoy en día ambulan por otros caminos en busca de una vivienda. El sitio para la conmemoración fue estratégico ya que se desarrolló frente a las tierras que la empresa del megaproyecto Carbonífero prometió restituirles algún día y nunca cumplió, aún cuando la Corte Suprema de Justicia en el año 2002 se lo ordenó. Es importante anotar que los terrenos que prometió la empresa destinar para la restitución, hoy en día son utilizadas para rentar a grandes ganaderos de la región.


Frente a la impunidad y desarraigo de la comunidad, los habitantes de Tabaco siguen resistiendo, haciendo escuchar su voz con la esperanza de algún día ser reubicados como pueblo.  Como muestra, varios de los asistentes recitaron canciones, poemas y testimonios que dan espacio a la construcción simbólica de la lucha que aún hoy en día mantienen por su territorio. 


Actualmente, la comunidad de Tabaco cuenta con la organización de un grupo de mujeres que emprenden una lucha por sus derechos al verse de manera directa violentadas por lo ocurrido, ya que el despojo de la comunidad se realizo a través de la intimidación que realizo la empresa sobre los hombres quienes terminaron aceptando la salida, viéndose de este modo, las mujeres excluidas de tal decisión y obligadas a abandonar sus casas con sus familias.


Al finalizar los tres días del encuentro, presentamos un video que recoge un poco de lo que ha sido la explotación petrolera en Casanare, lo que permitió discutir sobre la necesidad urgente de frenar esta política en el país a través de la organización de las comunidades alrededor de sus territorios y la lucha de todos los sectores en las calles.


Movimiento Político de Masas Social y Popular del Centro Oriente de Colombia

Boyacá-Casanare. 

Petroleras causantes de la tragedia en Paz de Ariporo

LA REPARACIÓN SIMBÓLICA DESDE LOS VICTIMARIOS: ENTRE EL PERDÓN Y LA IMPUNIDAD

Corporación Social para la Asesoría y Capacitación Comunitaria –COSPACC-




El día 19 de Junio de 2014 se llevó a cabo en el municipio de Yopal, Casanare, un acto público de perdón, mediante el cual los Juzgados Administrativos del departamento, obligan a las fuerzas militares comandadas por el Ministerio de Defensa a pedir excusas públicamente a los familiares victimas de ejecuciones extrajudiciales, conocidos como “falsos positivos”.


Este acto se suma a los ya realizados durante los últimos tres años en diferentes municipios del departamento de Casanare, principalmente en los de mayor influencia petrolera, en los cuales con el fin de garantizar la seguridad para las empresas extractivistas se incrementó la presencia de pie de fuerza en el territorio, lo que  a su vez genero escenarios de graves violaciones a derechos humanos e infracciones al Derecho Internacional Humanitario. Particularmente en el departamento de Casanare la instalación de la Brigada XVI y su accionar entre los años 2006-2007 en los que era comandante el hoy Mayor General Torres Escalante, dejo numerosas víctimas de ejecuciones extrajudiciales.


Las víctimas de esta estrategia implementada por las fuerzas militares en el territorio nacional durante el periodo del ex presidente Álvaro Uribe Vélez, no pueden analizarse de manera aislada, ya que responden a una práctica sistemática  implementada en el marco de la llamada seguridad democrática. Bajo esta política, se pretendió mostrar un control del territorio asesinando campesinos y jóvenes en combates simulados y presentándolos como “guerrilleros dados de baja”, por los cuales los miembros de las fuerzas militares recibían recompensas y bonificaciones.
Los actos públicos de perdón se realizan como mecanismos de reparación precedidos por las fuerzas militares, sin embargo, su desarrollo deja de entre dicho la falta de compromiso que asume la institución y el Estado con las victimas al realizarlas sin la convocatoria pública pertinente y al desarrollarlas en el marco de un simple discurso oficial que no supera los 20 minutos. La re victimización del acto es evidente al entregar a la victima un arreglo floral propio de los actos fúnebres y al ofrecer unas palabras en las que simplemente reconocen el hecho como un error operacional, sin asumir los cargos.


Por ello, creemos que no es suficiente la reparación simbólica a través de estos actos en los cuales se culpa de manera generalizada a la institución, sin mencionar detalladamente autores intelectuales y materiales, quienes en la mayoría de los casos no han sido juzgados por la justicia ordinaria colombiana. Así mismo, consideramos que dichos actos no cumplen su objetivo de reparar simbólicamente a las víctimas, ya que los daños psicosociales causados por la muerte de un familiar o líder de la comunidad son imposibles de reparar con un simple acto protocolario, en los que además, la participación de las victimas es relegada al discurso oficial sin contar con un espacio para expresar sus palabras.


Por otro lado, es particular observar la falta de accionar institucional hacia las victimas de ejecuciones extrajudiciales en dos sentidos, el primero en el reconocimiento de todos los casos, ya que aún hay gran cantidad de víctimas sin reconocer en el departamento reproduciendo escenarios de profunda impunidad; y el segundo, en la lentitud de los procesos judiciales para los fallos tanto administrativos como judiciales, es importante observar que en su totalidad los fallos que obligan a las fuerzas militares a desarrollar estos actos públicos de perdón y reconocer a las víctimas de ejecuciones extrajudiciales, se dictan entre seis y siete años después del hecho.

La reparación simbólica a las victimas involucra resarcir el buen nombre de sus familiares, quienes fueros juzgados por parte de la institucionalidad y los medios de comunicación acusándolos de pertenecer a grupos al margen de la ley, lo que a su vez, generó una estigmatización dentro su propia comunidad. Por ello, no solo el Estado sino también los medios de comunicación, tienen la responsabilidad de rectificarse sobre la información que impartieron respecto a las víctimas, garantizando su derecho al buen nombre.


De esta manera, consideramos necesario que la justicia colombiana reconozca todas las victimas de ejecuciones extrajudiciales del departamento de Casanare y en general, de todo el territorio nacional, juzgue a los autores materiales e intelectuales liderados de los altos mandos militares y garantice escenarios de no repetición y vida digna para las comunidades que habitan en territorios de explotación petrolera.



Asumimos como fundamental el reconocimiento de los derechos de verdad, justicia y reparación, generando desde las victimas iniciativas colectivas que reivindiquen las luchas y proyectos de vida de los que fueron silenciados, que construyan las garantías sociales para la no repetición en las próximas generaciones y que tejan en las comunidades memoria contra la impunidad y el olvido.