Todas y todos, tenemos la
responsabilidad histórica de ver y actuar ante el deterioro ambiental de la
explotación y saqueo petrolero en el departamento de Casanare. Aunque las
sequías son un fenómeno cíclico en los llanos, la resequedad excesiva del suelo
solo es consecuencia de más de dos décadas de exploración sísmica y explotación
petrolera en el departamento.
Por una parte, las sísmicas, que no son otra
cosa que un sistema de explosiones en el subsuelo, generan grietas subterráneas
que profundizan el curso normal de las aguas superficiales, a tal punto que se
ve cómo se secan las cañadas, humedales, esteros, ríos y quebradas que servían
de despensa a los pobladores en las diferentes partes de la región en tiempos
de verano. Por otra parte, la explotación de petróleo, que se realiza por medio
de un sistema de inyección hídrica, compromete en la extracción de un barril de
petróleo alrededor de 15 barriles de agua, como bien lo han señalado ingenieros
de petróleo y trabajadores de la industria.
Actualmente, el país necesita
para su sostenimiento energético alrededor de 300.000 barriles diarios de
crudo, sin embargo, se producen más de 1'000.000 (un millón) de barriles
diarios de los cuales más del 70% de los barriles producidos, salen de Arauca,
Casanare y Meta, favoreciendo el negocio de las multinacionales y los políticos
nacionales en el peor contrato de explotación
de hidrocarburos para el Estado que existe en América Latina. En la
Orinoquía, región que contiene el 40% de las reservas de agua subterránea en el
país, se consumen a diario alrededor de 15'000.000 (quince millones) de
barriles de agua por la actividad petrolera.
Responsabilizamos al estado
colombiano: a los legisladores, al ministerio del medio ambiente, a las
corporaciones autónomas regionales, en este caso a Corporinoquia, a las castas
politiqueras nacionales y regionales; como promotores del impulso de una
política para el saqueo indiscriminado de los recursos naturales. ¿Cómo se
repara el daño de la sísmica y la explotación petrolera? El Estado Colombiano y
las Compañías petroleras deben responder no solo por la actual crisis de la
sequía; También por el exterminio del movimiento social, la deuda ambiental y
social que han venido dejando a su paso por la región durante los últimos 30
años.
Por esto, nos corresponde como
campesinos, estudiantes, maestros, trabajadores, mujeres, indígenas y víctimas
en general a entrar en movilización permanente en defensa del agua, elemento
fundamental para la vida de todos, hasta que no se rectifique la política
nacional minero energética y sea reconocido nuestro legítimo derecho a ser
soberanos en nuestros territorios.
Organizaciones Sociales de Casanare, Boyacá y
Cundinamarca
Corporación social para la
asesoría y Capacitación Comunitaria COSPACC
Asociación Nacional
Campesina José Antonio Galán Zorro Asonalca Boyacá-Casanare
Asociación de jóvenes de
Casanare AJOCARE
Corporación Claretiana
Norman Pérez Bello
Organización Regional
Indígena de Casanare ORIC
Movimiento Juvenil y Popular
Quinua
Colectivos Praxis Insumisa
Colectivos Praxis Insumisa
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