En
la región de la Orinoquia se evidencia graves afectaciones ambientales
ocasionadas por la explotación petrolera, las cuales cuentan con licencias y el
favorecimiento de Corporinoquia
Escrito por: Isaac Marín
Malestar y descontento por
la sesgada inoperancia de la autoridad ambiental, Corporación Autónoma Regional
de la Orinoquía, Corporinoquia, es lo que expresan las comunidades
campesinas e indígenas de los departamentos de Arauca, Casanare y Vichada, y
parte del piedemonte oriental. Las comunidades de esta región adelantan una
campaña de recolección de firmas “Firmatón” para exigir la destitución de
Martha plazas Roa actual directora de esta entidad.
Es evidente que hay
afectaciones ambientales causadas por la explotación petrolera en zonas del
piedemosnte, en las cuencas de los principales ríos que bañan las sabanas
orinocenes, y en sus ecosistemas de lagunas y esteros, sin que haya
investigaciones, medidas o sanciones a las empresas responsables; tarea que en
gran medida le corresponde a Corporinoquia.
En lo que sí se siente el
peso de las Corporaciones Autónomas Regionales (CAR), y en particular de
Corporinoquia, es en la aplicación de sendas penalidades y multas a campesinos,
pequeños productores o aparceros que han sido judicializados y sancionados con
multas onerosas por talar sus terrenos donde realizan sus sembradíos de
pancoger y conucos.
Son 33 CAR, las
encargadas del control ambiental en las regiones de todo el territorio
nacional; también son las que en su mayoría se rajan con las
comunidades, primero porque son amigas, facilitadoras de este modelo
desarrollista que viene arrasando con los recursos y el ambiente. Segundo,
porque en buena medida funcionan de trampolín electoral, fortín de la
politiquería y el clientelismo en las regiones.
Según el presidente Santos
las CAR eran responsables por “una inadecuada gestión pública en la
planificación y la administración de los recursos naturales renovables" y
eso estaba ligado al desastre ambiental que azotaba a todo país en el 2011; así
las calificó y le anunció al país su pronta liquidación, pero pudo más la
presión en defensa de ese caudal político, económico y clientelar que
representan las CAR a caciques políticos regionales, lo que seguramente
llevó al presidente Santos a desistir en su intención de liquidarlas.
Hoy, además de la firmatón
que se adelanta en la región de la Orinoquía en manifiesto rechazo al desempeño
de Corporinoquia y de su directora, o el juicio ético que adelantan comunidades
de Antioquia contra CORNARE, también se conoce de otras acciones adelantadas
por comunidades organizadas que ejercen defensa de sus territorios y les exigen
a las CAR, ocupar autoridad y frenar el desastre ambiental que están
causando las petroleras, mineras y agroindustrias en el territorio nacional.
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